Crónicas urbanas - Medellín Colombia![]()
Amuletos para la suerte y la saludCaminando por la carrera Bólivar entre Amador y Maturín, a un lado de los bajos del viaducto del Metro en plena zona comercial de Guayaco más conocida como el hueco en tu recorrido puedes apreciar ventas y negocios un poco exóticos .En la acera peatonal puedes ver un vendedor de miel de abejas acompañado de panal y con las avispas incluúdas, un curalotodo ofreciendo la raiz de la zarzaparrila para el colesterol, o un promotor del poderoso noni. No faltan las negritas chocoanas ofreciendo el chontaduro como afrodisíaco infalible par levatar el taco. Uno de estos negocios curioso poco conocido aún para los más versados transúntes, es el negocio de la foto. Lo que atrae al público es la cantidad de bolsas, sacos, costales o talegos que contienen una variedad de semillas negras unas, rojas otras, amarillas, cafés, brillantes, mejor dicho, una gama de colores que descresta al improvisado peatón. Lo primero que se viene a la mete es asociarlo con los indios del amazonas o los brujos ecuatorianos que pululan por las calles de Medellín. La gente se arremolina curiosa, unos por que les llama la atención, otros para averiguar como se come, y los que ya conocen su uso para hacer una compra. Una damita pregunta __ Y esas bolas grandes y peludas como se llaman. __ Esos son cocos, llamados cricas de vieja contesta Fredy, de cuyas càscaras se hacen maravillas. No falta el crédulo en los hechizos y brujerías y pregunta cuál de esas frutas sirve para salir de un mal vecino, o la señora que sufre con su marido libidinoso, si el ojo de congolo le puede hacer que deje una moza que lo tiene enchamicado. La solterona pregunta por una bien efectiva para pescar marido, y el pobretón iluso, una para ganar el chance, cogerse la lotería o hacer trampas cuando esté tahuriando. __ Vea mi don. Estas semillas, ni se comen, ni sirven para hacer maleficios y menos para arreglar matrimonios, dice Fredy el dueño del exótico entable. Estas semillas son para embellecer su casa, la oficina o su cuerpo, haciendo con ellas las más bellas artesanías. __ qué se hacen con ellas, pregunta una niña curiosa __ Vea mi reinita, le dice Nelson que es bien formalito. Con estas fruticas combinadas o solitas, o acompañadas con trocitos de cañabrava o bambú, se hacen las más hermosas cortinas, carteras o collares. Se pueden hacer manillas, bolsos y pulseras. También puedes combinarlas con conchas de caracol, huesos de tiburón, costillas de cocodrilo o las vértebras de la ballena que se tragó a Jonás. __ Y cómo se elaboran esas cosas tan bellas que usted dice, pregunta una señora __ Vea mi doñita le explico. Con un taladro y una broca bien delgadita se perforan de lado a lado. Luego se toma Nylon, pita, piola o cabuya, se enhebra, se ensarta o se mete por el orificio, hueco o roto de la chocha, perdón digo chocho, congolo o chumbimba una tras otra hasta formar un tira tan larga como usted quiera. __ Pero esas semillas deben de ser muy caras, por que eso tan raro serán traídas del Amazonas, dice una hermosa damita. __ Que va, contesta el vendedor, ahí donde usted las ve tan raras, son de aquí mismito de Antioquia, nuestros campesinos las encuentran en cualquier rastrojo, bosque o cañada, quizás en la misma huerta o jardín. __ Usted conoce el nombre de cada semilla, pregunta otra señorita __ Claro que si, las conozco como a mis hijos, vea le enumero unas cuantas, estos más grandes y peludos son cocos, que usted los debe conocer, que en la cocina se hacen panelitas de coco, pero con sus cáscaras se hacen bellezas, quebrándolas en cuezquitos para barnizarlos y estos otros son calabazos, totumos y tarralíes. Estas rojas son chochos y estos más pequñitos chochitos. Con estas fruticas tan finas nuestros abuelos aprendieron a contar en las escuelas de primaria. Estas más grandotas negras y duras como el marfil son los famosos congolos que los crédulos las emplean para enchamicar y enamorar solteronas. Como puede ver en esas otras bolsas de varios colores están las semillas del algarrobo, ojovenao, colapis, acacia, tagua, chumbimbas, chontas, corozos, piñón de oreja, mategriz, colmillo de león, ojo de buey, nuez moscada, achirillas, ceiba, boca de pescado, y como si fuera poco fríjoles de vida. Además le vendemos varitas de bambú, cañabrava o cañaflecha para cortar en trocitos o cañutos, que ensartados solos o combinados dan las más espetaculares cortinas. Estas chamizas blancas son de pino descascarado para hacer arreglos florales o árboles artificiales. Fuera de las semillas le ofrecemos conchas de mar, caracoles de río o de tierra, conchas de ostras o mejillones, huesos de pescado, y hasta las vértebras de la ballena que se tragó a Jonás. Usted aquí encuentra con que darle gusto a su imaginación, crear las más bellas artesanías dignas de ser lucidas en la cintura o el cuello de una hermosa dama, embellecer su casa o montar su propia empresa. Amigo turista... Colombiano o del extranjero, cuando vengas a mi ciudad, pregunta como es Medellín por dentro. Conoce estos lugares que también hacen parte de nuestras costumbres e idiosincrasia paisa. Crónica escrita por Carlos E. Alvarez editor de chispaisas.info Ver más crónicas de Medellín
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