Poesia grosera y atrevida


La moza bien templada

Caliente una mozuela cierto día
de tanto que su madre en misa estaba,
llena de miedo y de inquietud, dudaba
si a su querido bien se lo daría.

Por miedo si preñada quedaría,
el mozuelo sus ansias no acordaba
y lleno de pasión la consolaba
diciendo que al venir lo sacaría.

Fueron tan poderosos los ataques
que por fin consiguió verla en el suelo,
y ella dijo al venir de los zumaques:

“¡Qué dulce es la sustancia del ciruelo!
Por tu vida, mi bien, que no lo saques
y más que llegue la barriga al cielo”