Mitos y leyendas de Colombia
La madremonteQuizás la madre naturaleza está ansiosa de tomar personificación por medio de los mitos, para advertirnos, para reclamarnos, para darnos a conocer su clamor desesperado por el mal trato que le damos.Quizás sea este el más misterioso y agónico mensaje que la humanidad oye. Todas las culturas incluyen en su sinfonía de reclamos cosmogónicos, el grito de la tierra y el grito del agua, como elementos primigenios y generadores, pero injusta, torpe y malévolamente tratados por el hombre. La Madremonte, es la deidad tutelar de los ríos. La Madremonte se baña, y como no quiere que nadie se bañe con ella, emponzoña las aguas para causar daño a quienes contravienen su mandato. Pero si los ríos tienen su leyenda, también la tienen las montañas, las sierras y las mismas faldas de las cordilleras. En los montes y montículos vive la madremonte. El de la Madre Monte es un mito o leyenda Universal que se encuentra presente en varias regiones de Europa con algunas variantes. Para la leyenda campesina nuestra, ella es una mujer corpulenta, de rostro medio humano y medio animal, y con afilados y grandes colmillos. Es de carácter vengativo y cruel. Cubre usualmente su cuerpo con ramas, hojas, musgos y con su larga y desordenada cabellera. La imaginería popular la pretende como agente moralizador, que castiga a los vagabundos, a los perjuros, y en particular a quienes hacen mal uso de la naturaleza, destruyen sus recursos o son perversos con sus semejantes. Se le teme en las noches de tempestad, por sus aterradores bramidos o rugidos. En la Madremonte es tutelar; imaginémosla, o hagámosla ecológica, y en relación con la conducta humana, hagámosla moralizadora y atemorizadora solamente, que no dañina. Para otros por nuestros caminos aparece de improviso, pero se esconde rápido por las espesuras y los matorrales, una visión o espanto. Es una fea mujer recubierta de escamosidades o lamosidades verdes, aulladora y que mete espanto a quienes la ven. Va usualmente acompañada de una bandada de pájaros de diferente plumaje que hacen gran algarabía. Es frecuente encontrar en su rastro, peligrosas serpientes así éstas no sean muy frecuentes en la región. Encontrársela da inicialmente un gran miedo; pero es frecuente que ésta desaparezca al poco rato y que más bien en quien la vió, quede una sensación de tranquila curiosidad, pues es un espanto o visión que muestra ser manso y da la impresión de ser algo que forma parte de la misma naturaleza, de su fauna, y que nunca ataca al hombre o al ganado y si más bien como que sus costumbres se avienen con todos. En las espesuras de los montes, selvas, montañas y cordilleras del Tolima, el Viejo Caldas, el Huila, los Llanos, el Amazonas y el Vaupés, siguiendo los pasos del sol y los rumbos del viento, la Madremonte está presente en el pensamiento mítico del campesino. Para ellos la Madremonte es una mujercita de pelo largo, mitad persona, mitad monte como paja. A veces la sorprenden en los ríos y quebradas bañándose tranquila. Los hombres corren apenas la ven venir. Esta misteriosa mujer es la madre naturaleza, que se lanza contra la acción del hombre, de destrución y muerte.
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