Enseñanzas y moralejas
El metiche
El mes pasado, de viaje por la carretera a la costa, paré en una bomba de gasolina para echar combustible a mi carro y
aproveché para entrar al baño.
El primer sanitario estaba ocupado y pasé al siguiente. En cuanto me senté con el pantalón abajo debajo de la rodilla,
el señor de al lado dijo:
__ ¿qiubo...?
No acostumbro a hablar con desconocidos y menos en el baño, pero mi calidad de viajero incógnito me animó a contestar.
__ Pues aquí, de viaje para la costa.
__ ¿Y se puede saber de qué se trata ...?
__ Preguntó el señor de al lado.
__ Si, claro. – Contesté un poco forzado.
Voy a Cartagena y luego a Santa Marta.
__ Supongo que andas detrás de algún buen negocio.
– Dijo el señor con seguridad.
__ Si, bueno...Contesté totalmente arrepentido de haber dado pie a esta conversación.
– Eso espero ya que las posibilidades no son malas.
Después de unos momentos escucho lo siguiente:
__ ¿ Sabes qué....?
– Dijo enojado el hombre del otro baño, luego te vuelvo a llamar.; se le están acabando las pilas a mi celular y
aquí al lado hay un hijuep%¡*uta que responde a todo lo que yo te pregunto.
MORALEJA:
Limítese a hacer lo que le corresponde de acuerdo al lugar donde te encuentres ...
Si vas a misa, rece.
Si vas a una fiesta, diviértase.
Si vas a un restaurante, coma.
Si vas a la cama, duerme...
Pero si vas al baño, cague ... pero cague callado.
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