Poemas del alma y para el alma
La gran tristeza
Una inmensa agua gris, inmóvil, muerta,
sobre un lúgubre páramo tendida;
a trechos, de algas lívidas cubierta,
ni un árbol, ni una flor, toda sin vida
¡todo sin alma en la extensión desierta!
Un punto blanco sobre el agua muda,
sobre aquella agua de esplendor desnuda,
se ve brillar con el confín lejano:
es una garza inconsolable, viuda,
que emerge como un lirio del pantano.
Entre aquella agua, y en lo más ¡ distante,
¡esa ave taciturna en que medita?
¡No ha sacudido el ala un solo instante,
y allí parece un vivo interrogante,
que interroga a la bóveda infinita!
Ave triste, responde: ¡Alguna tarde
en que rasgabas el azul de enero
con tu amante feliz, haciendo alarde
de tu blancura, el cazador cobarde
hirió de muerte al dulce compañero?
?O fue que al pie del saucedal frondoso,
donde con él soñabas y dormías,
al regio empuje de huracán furioso,
rodó en las sombras el alado esposo
sobre las secas hojarascas frías?
¡O fue que huyo el ingrato, abandonando
nido y amor, por otras compañeras,
y tu cansada de buscarlo, amando
como siempre, lo esperas sollozando
o perdida la fe.. ya no lo esperas?
Dime: ¡Bajo la nada de los cielos,
alguna noche la tormenta impía
cayo sobre el juncal, y entre los velos
de la niebla, sin vida tus polluelos
flotaron sobre el agua... al otro día?
¡Por qué ocultas ahora la cabeza
en el rincón del ala entumecida?
¡Oh, cuán solos estamos!... Ve,
ve ya empieza
a anochecer: ¡Que igual es nuestra vida!...
¡Nuestra desolación!... ¡Nuestra tristeza!
¡Por qué callas? la tarde expira, llueve,
y la lluvia tenaz deslustra y moja
tu acolchado plumón de raso y nieve.
¡Huérfano soy!...
¡La garza no se mueve...
y el sol ha muerto sobre la fragua roja!
Julio Flores - poeta colombiano
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