Mitos colombianos
El diablo
El Diablo es muy común en todo el país y en el resto del mundo cristiano, pero
allá, o acullá es muy temido, se le conoce como el putañero, pues a éste
el que mete en baza en los matrimonios, tienta a las doncellas, malogra las vacaciones
piadosas, tiene dares y tomares con las beatas chupavelas y se aviene muy bien con los
clérigos libidinosos que se las dan de santones.
El Diablo es muy parrandero y siempre está de farra, va a todas las ferias y fiestas
de la plaza; no falta en romerías, novenarios y alumbrados; entra en las
púdicas de los ejercicios espirituales para hacer perder el fruto de ellos y en las
fiestas patronales siempre lo verán acompañadondo a las parejas de enamorados
cuando regresan, de media noche para el día, a su casa de campo, después de
oir los encendidos sermones del padre predicador, en los cuales le pone de verde y azul,
denostando contra el infierno, los excesos de la carne, las malas compañías,
la fornicación etc, para resultar luego que el Diablo, quien no pierde tiempo, lo ha
hecho aprovechar a los feligreses debidamente, y poco antes de las otras fiestas anuales ya
están bautizando el fruto de los anteriores ejercicios de cuaresma.
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